martes, 8 de septiembre de 2009

URÓBOROS CHAMUSCADO CON SUS FUNDAMENTOS EN LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA

Yo creía en el albedrío y en el azar –tan importante a escala atómica- y por tal motivo no aceptaba que uno no fuera uno, sino a través de una causa determinada.
Ella me lo había asegurado, casi impuesto. Y yo temía (a mis noventa años) que en realidad no haya sido tan libre como presumí. Parecía tan verosímil cuando lo dijo…

“No existe Dios, amigo de mi existencia; no somos amor y por lo tanto esta unión fue impuesta para concretar un fin determinado. Sí, nos hemos querido, prorrumpes; pero tan insondable es el designio que para que su armonía no decline, urdió con tu intuición la posibilidad del error."

"Sólo el subconsciente sabe que nadie ha sido, es, ni será el artífice de su yerro, (desestimado éste de la conciencia, logra vivir sin miedos).”

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo moldeo mi propio futuro y no se parece al de nadie, y nadie puede asegurar, si ama, que ese sentir no es genuino.

El que sabe, sabe; y el que no, tiene un blog dijo...

Anónimo, usted, para clasificarse ha debido parangonarse. Pero me pregunto, ¿existió en usted el riesgo de afirmarse dogmático? Siendo así, al equipararse con mis interlocutores, ¿por qué no encontró usted otro consuelo que excluirse en la mención (indeterminada) del suceso? Yo se lo responderé, si me lo permite, a través de un viejo amigo que una vez dijo:


"El ignorante afirma; el sabio duda y reflexiona."
Aristóteles

Mon dijo...

No seamos primitivos siguiendo ...intentando... darle nombre a todas las cosas....

Mientras vamos pensando vamos no actuando...

Como se sintió Dios quien cree en Dios?
Y como se supo amado el que fue amado?

En realidad que existió? El amor o Dios?

Vaya... que no, que no me lo creo...


Y creo en Dios. Y creo en el amor.
Pero aceptaria ante todo, ser correspondida.

El que sabe, sabe; y el que no, tiene un blog dijo...

Montseñora, qué bien me caes, en serio.

Mis personajes coexisten con la ficción que este blog les condesciende; ficción que busca antagonismos y por lo tanto (puedes figurarte); cuánto me agrada tu pormenor.

¿Crees en Dios? Bien; respeto las creencias porque los fervorosos suscitaron el arte. Pero sus creencias, cuales fallan, “incuestionables”, (son insustanciales si dependen de una fe incongruente con la verosimilitud de la deidad).

¿El que piensa (dices) no actúa? Una distinguida obra sólo la concibe quien bien la cavila.

Dices que no, que no te lo crees; y me entusiasma que opines insubordinada. ¿Pero no crees porque no lo has ensayado (palpándolo o sintiéndolo) o porque una ajena verdad no se vincula a tus necesidades? Cualquier respuesta será un camino que brindará también libertad, al que no comparte tus inquietudes.

Por último… una incierta conjetura (que asevera que un hecho cumple con condiciones, ¿debe ser reciproca? Si no lo es, en cambio, ¿se transforma ésta en una idealización? O mejor decir, el forjador del Dios, ¿amó el instinto o lo idealizó? Lo pregunto porque toda imposición subjetiva para que de igual modo la perciba un congénere, se debilita en cuanto busca respaldo. En fin; necesidad de reciprocidad significa no poder soportar un sentimiento en soledad. Ninguna verdad necesita respaldo o influencia para ser.

Un saludo real.

Anónimo dijo...

Pero el sabio duda y reflexiona hasta que muere, y nunca llega a ser sabio.
Estoy de acuerdo con Monste cuando dice que el que piensa no actúa. Y los que no creen en dios o el amor, buscan todo el tiempo una respuesta porque necesitan un consuelo.
Y no, no me comparo con tus "interlocutores"

El que sabe, sabe; y el que no, tiene un blog dijo...

Anónimo; usted es uno de mis personajes. De hecho, sigue siendo la antítesis de la prueba.
Armonía entre la rivalidad de los polos.

Estudiante dijo...

Yo no creo en el libre albedrío. Uno podría asegurar que uno es dueño de su propio destino y bien que no es dueño de ningún destino, irónicamente, eso también estaría determinado.

El que sabe, sabe; y el que no, tiene un blog dijo...

Como el albedrío de un almendrío, Kary Tanis; se juzgan disímiles arguyendo con el parónimo (y no saben que éste desatiende las idiosincrasias a la vez que las ensambla).
La determinación, tal vez, exista buscando el cómo, y ese interregno indetermina su albur.

Saludos

Anónimo dijo...

No soy ninguna de tus personajes. Soy por mí misma. Ni como dices ni como afirma Kary Tamis. Soy lo que elijo y la determinación no puede interponerse en mi camino, si yo no quiero.

El que sabe, sabe; y el que no, tiene un blog dijo...

Estaba interrelacionándome con una Anónima… eso cambia las cosas.
No, usted no es uno/a de mis comediantes; usted es un cúmulo de milenios reprimidos (hoy destrabados); razón que la perspectiva de apasionarse –independiente- desborde su emoción, para que no consiga intervenir su intuición. No se angustie, Anónima, sus ulteriores volverán a intentar, pero con otro sosiego.